Cerca para descubrir. Lejos para analizar. Libre para decir. Inmune a las querellas.



Por qué dejé Andrómeda

Empecé a sentir inquietudes. Pensaba que yo merecía algo mejor, que si todo el mundo disfrutaba de la vida, a mí también me tenía que llegar. En Andrómeda las cosas no iban muy bien. El trabajo escaseaba, los sueldos eran una miseria y la cosa no parecía que fuese a mejorar. La última vez que había echado un frigüi (allí lo llamamos así) fue cuando descubrieron el quinto planeta del sistema solar. No podía seguir así.

Llegaban maravillosas noticias de andrómedos desde la Tierra. Había países que pasarían por paraísos en cualquier planeta. Gran atmósfera, buena comida, libertades civiles, liberación sexual de la mujer… me hablaron del destino ideal, con el encanto de África y la economía de Noruega: España.

Desde que llegué, no paro de aprender cosas. La primera, que los viajes hay que prepararlos y que las informaciones hay que contrastarlas (esto, en concreto, me lo enseñó Lydia Lozano). Las demás, las comparto en este blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario