Cuando se empezó a hablar de la prohibición total de fumar en cualquier espacio público cerrado, los hosteleros se echaron a la calle para protestar y el gobierno de la Generalitat se puso el primero en la fila de los que estaban a favor de la prohibición total sin excepción. Ni en las bodas, ni en las discotecas, no se podía ni pensar en el tabaco, que pensando también se delique.
¡Oh sorpresa! En El País de hoy entrevistan al novelista y ensayista francés Michel Houellebecq. La charla tiene lugar en el Instituto Francés de Barcelona, y antes de que nadie diga nada, no es territorio diplomático, por lo que está sujeto a las normas nacionales. Y no margen de error, sea la nación que sea, la española, la catalana, la barcelonesa o la del Barrio de Gracia, está prohibidísisisisisimo fumar en todas ellas.
Pues ahí está, el bueno de Michel, gozando como una perra cada calada que le está dando a su cigarro francés, que tiene más glamour que el Fortuna. Para que no haya duda y se apresuren a contrarrestar con "estaba en la terraza", el pie de foto es contundente: en una SALA del Instituto Francés de Barcelona. Gracias por dejar bien claro que en Cataluña, si eres un guay francés, te dejan fumar y lo que sea menester, con tal de que vayas allí a hablar de tu libro.
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