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Adiós patas de gallo

Una vez más, de Japón nos llega un invento que cambiará nuestras vidas... para bien. Después de maravillas como la I-Cuca o los libros almohada, nos llega lo último... ¡¡unas gafas para quitar las patas de gallo!!

Sería muy fácil empezar a hacer chistes con los ojos de los japoneses y su predisposición natural a padecer unas patas de gallo en la que podrían anidar los propios gallos, si hicieran nidos en vez de guarrear los gallineros.
Toda la vida con los párpados a medio gas deja la zona ocular como el mapa de los ríos de España.

Por eso, los grandes pensadores asiáticos han ideado estas gafas que son una maravilla. Te las tienes que pegar al párpado y provocan un dolor insoportable, pero todo merece la pena si consigues devolverle a tu piel de limón (aquí sufrimos la piel de naranja, luego allí sufrirán la piel de limón) su tersura original.

Los españoles, más en su línea, las van a comercializar para evitar que se cierren los ojos en el trabajo, sobre todo cuando van a currar de empalmada con seis gintonics por banda viento en popa a todo moco.

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